¿Tienes que esperar a que llegue el servicio religioso para comenzar una relación con Dios? ¿Hay algún tipo de experiencia espiritual que se supone que debes tener? ¿Necesitas dedicarte a obras religiosas desinteresadas? ¿O tal vez necesitas convertirte en una mejor persona para que Dios te acepte?

No necesitas hacer ninguna de estas cosas para comenzar tu relación con Dios. Dios ha dejado muy claro en la Biblia cómo podemos conocerlo. Esta página te explicará cómo puedes comenzar una relación personal con Dios, ahora mismo…

Y eso no es todo, Dios te ama tanto que quiere que lo conozcas ahora mismo y que pases la eternidad con Él más tarde.

 En Juan 3:16, Jesús dijo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Así que Jesús vino para que cada uno de nosotros pudiera conocer y entender a Dios de una manera personal.

 Sólo Jesús puede dar sentido y propósito a la vida.

 Pero ¿qué nos impide conocer a Dios?

La Biblia nos dice en Isaías 53:6 que “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino”.

 En el fondo, nuestra actitud puede ser de rebelión activa o de indiferencia pasiva hacia Dios y sus caminos, pero todo ello es evidencia de lo que la Biblia llama pecado. El pecado es cuando no logramos vivir la vida que Dios quiere que vivamos.

 El resultado del pecado en nuestras vidas es la muerte: la separación espiritual de Dios. Aunque intentemos acercarnos a Dios por nuestros propios medios (haciendo el bien a los demás, observando rituales religiosos o tratando de ser buenas personas), ninguno de estos buenos esfuerzos encubre nuestro pecado ni lo elimina.

Dios conoce nuestro pecado y éste se erige como una barrera entre nosotros y Dios. Además, la Biblia nos dice en Romanos 6:23 que la pena por el pecado es la muerte. Estaríamos eternamente separados de Dios, excepto por lo que Dios hizo por nosotros.

Entonces, ¿cómo podemos tener una relación con Dios?

Jesús murió por nosotros, en nuestro lugar. Lo hizo por su tremendo amor por nosotros. Tito 3:5 nos dice que “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia”. Debido al amor de Jesús por nosotros, nuestro pecado ya no tiene por qué separarnos de Dios.

Jesús no sólo murió por nuestros pecados, sino que después de esta muerte en la cruz, resucitó físicamente tres días después, tal como había dicho que lo haría. Esta fue la prueba definitiva de que todo lo que Jesús dijo sobre sí mismo era verdad.

Jesús dijo que podía responder oraciones, perdonar pecados, juzgar al mundo y darnos vida eterna. También nos dijo que podemos comenzar una relación con él ahora mismo. En Juan 7:37-38, Jesús dice: “Venid a mí”. “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba… de su interior correrán ríos de agua viva”.

Fue el amor de Jesús por nosotros lo que lo llevó a soportar la cruz. Y ahora nos invita a acercarnos a él, para que podamos comenzar una relación personal con Dios.

No basta con saber lo que Jesús ha hecho por nosotros y lo que nos ofrece. Para tener una relación con Dios, es necesario darle la bienvenida a nuestra vida.

La Biblia dice en Efesios 2:8-9: “Dios los salvó por su favor especial cuando creyeron. Y esto no es algo que ustedes puedan atribuirse, pues es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las buenas obras, así que nadie puede jactarse de ello”.

Aceptar a Jesús significa creer que Jesús es el Hijo de Dios y luego invitarlo a guiar y dirigir nuestras vidas. En Juan 10:10 Jesús dijo: “Yo he venido para que tengáis vida, y para que la tengáis en abundancia”.

Y aquí está la invitación que Jesús te hace. En Apocalipsis 3:20, Él dijo: “Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré”.

Comienza una relación con Jesús.

Recuerda que Jesús dice: “Estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré”. ¿Te gustaría responder a su invitación? Aquí te contamos cómo.

Las palabras precisas que utilices para comprometerte con Dios no son importantes. Él conoce las intenciones de tu corazón. Si no estás seguro de qué orar, esto podría ayudarte a expresarlo con palabras:

“Jesús, quiero conocerte. Quiero que entres en mi vida. Gracias por morir en la cruz por mis pecados para que pudiera ser completamente aceptado por ti. Solo tú puedes darme el poder de cambiar y convertirme en la persona que tú creaste que fuera. Gracias por perdonarme y darme vida eterna. Te entrego mi vida. Por favor, haz con ella lo que desees. Amén”.

Si le pediste sinceramente a Jesús que entrara en tu vida ahora mismo, entonces Él ya ha llegado a tu vida tal como lo prometió. ¡Has iniciado una relación personal con Dios!

Queremos ayudarte a comenzar tu relación con Dios. Haz clic en el botón a continuación para informarnos y te enviaremos información útil a medida que comiences a seguir a Dios.